El estrés es la reacción natural de nuestro cuerpo cuando se trata de lidiar con situaciones difíciles en nuestras vidas. Puede que estés empollando para cumplir tu fecha límite o que llegues tarde a tus reuniones y tienes prisa por llegar al trabajo o porque probablemente tuviste una pelea con tu pareja: todo esto puede desencadenar el estrés. Y, por supuesto, el estrés ya forma parte de nuestra vida cotidiana. Pero lo que marca la diferencia es cómo podemos preparar nuestra mente y cuerpo para esto. Aquí tienes unos consejos que pueden ayudarte a reducir el estrés.
Dedica tiempo a las conversaciones reales
Con tantos dispositivos a nuestro alcance, las conversaciones genuinas cara a cara se han convertido en una gran complicación para nosotros hoy en día. Pero realmente no puedes reemplazar las sensaciones reales que ofrecen las charlas cara a cara con personas con las que te gusta pasar el tiempo. Independientemente de si se trata de tu mejor amigo, tu consejero, tu madre o alguien especial, es importante que pases tiempo con la gente y conectes. Hablar con la gente y compartir tus pensamientos o problemas te ayuda a aliviar el estrés que puedes estar sintiendo en este momento.
Haz primero las cosas más difíciles
Tienes una lista de tareas que tienes que hacer inmediatamente y ahora mismo: ¡estás entrando en pánico! Todas tienen la misma importancia, pero si no decides que hacer primero, no podrás terminarlas todas a tiempo. La mejor manera de abordar estas situaciones es trabajando primero en las cosas más difíciles y después en las tareas más fáciles. Hay investigaciones que demuestran que al terminar primero las tareas difíciles, te sentirás menos estresado al eliminar un elemento de la lista. Una vez que te hayas quitado de en medio la parte difícil, solo tendrás que preocuparte de las tareas más fáciles y menos problemáticas que te queden por hacer. Se ha demostrado que, para algunos empresarios de éxito, esta es una manera efectiva de reducir el estrés.
Planifica el día alrededor de tiempos productivos
Cualquier día, tendemos a tener nuestras horas pico de productividad. Algunas personas tienden a ser más productivas por la mañana, mientras que otras prefieren trabajar por la noche o incluso durante las primeras horas de la mañana. Si deseas hacer más cosas y te sientes menos estresado por la pila de tareas que tienes pendientes, entonces es mejor que programes tus actividades en los momentos en que tiene menos distracciones y eres más productivo.
Sigue una rutina
Hay una buena razón por la cual las rutinas funcionan para mucha gente. Al crear una rutina diaria, tienes tus expectativas establecidas en cuanto a qué actividad viene después de otra. Puedes crear una lista de actividades para todo el día, pero si te ciñes a ellas según lo programado, no sentirás ningún estrés porque sabes que así es como transcurre tu día normal. Al configurar y seguir tu rutina diaria, puedes realizar todas las tareas sin preocuparte por lo que va primero y lo que vas a hacer después. Sencillamente tienes que seguir lo que tienes según la fecha prevista y conseguir cumplir los objetivos consecuentemente ¡y en un abrir y cerrar de ojos!
Sé completamente transparente
Cuando se trabaja con un grupo de personas, es completamente normal que uno o algunos de los miembros de tu grupo tengan problemas o sufran estrés. Y de la misma manera, ayuda a la gente de tu equipo si compartes con ellos por lo que estás pasando en este momento. Independientemente de si eres miembro o líder, lo importante es que seas completamente sincero sobre lo que sientes o lo que está sufriendo, ya que esto hace que todos se sientan menos estresados o más cómodos. De la misma manera, también te sentirás más cómodo trabajando con personas que te entienden y respetan tus pensamientos y sentimientos porque estás siendo transparente.
Establece una comunicación abierta
Es importante que tanto tus compañeros de equipo como tú establezcáis una comunicación abierta. De esta manera, todos unificáis criterios, sobre lo que podéis esperar unos de otros, y así todos los miembros del equipo sabrán cómo enfrentarse a lo que podéis aportar a la situación. Todos tenéis vuestras propias capacidades, ideas, temores y problemas que puede que tengáis que compartir o tratar por vuestra cuenta. Pero al hacer saber a tu equipo cómo te va en este momento, harás que todos los demás entiendan por qué estás actuando o pensando de la manera en que lo haces.
Recuerda que como parte de un equipo, ya sea para preparar una presentación o para estudiar para un próximo examen, tus compañeros de equipo y tú tenéis un objetivo común. Y se espera que trabajéis como una sola entidad para alcanzar ese objetivo común. Y al crear un canal abierto que os permite a todos los miembros de tu equipo y a ti hablar entre vosotros y compartir vuestras preocupaciones, también consigue minimizar el estrés que podéis estar sintiendo en ese momento. Ayuda a aliviar ese peso de los hombros. Además, te ayuda a crear una mejor relación con todos los miembros de tu equipo.
Darse un respiro y aprovechar la oportunidad de conectarse con las personas que te rodean te ayuda a ver las cosas de manera diferente y te ayuda a lidiar mejor con las situaciones estresantes. No podemos cambiar las cosas que nos pueden acarrear estrés, pero lo que sí que podemos cambiar es la manera con la que nos enfrentamos a estas situaciones estresantes. Cualquiera que sea el origen de tus preocupaciones, siempre será más fácil lidiar con ellas si te tomas el tiempo para respirar, relajarte y compartir tu carga con las personas que están dispuestas a ayudar.