Los ladrones de energía más frecuentes y cómo tratarlos

Ya sea en nuestro trabajo o en nuestra vida privada, siempre estamos rodeados de ladrones de energía que rompen nuestro equilibrio. Trabajan clandestinamente por lo que es difícil percibir el robo. Centrémonos en los tipos de comportamientos más frecuentes que roban la energía de las personas.

1. Rodeándonos de personas negativas

Quejarse es una de las actitudes más peligrosas porque está llena de energía negativa. Por lo general, quejarse es tóxico y no se utiliza para resolver los problemas, sino para sumergirse en ellos, haciendo que las personas dirijan su energía hacia cosas inútiles. Por lo tanto, antes de adoptar esa actitud, piensa en soluciones. No te centres en los problemas, sino en cómo resolverlos.

Además, deja de lado a personas que solo comparten quejas, miedos y problemas. Las personas negativas rompen tu equilibrio emocional e inducen vibraciones negativas. Envenenan tu atmósfera, siembran discordia o cambian tu buen humor.

Las personas tóxicas también te empujan a trabajar más duro para complacerlas, lo que hace que te comprometas más y más. Esto drena tu energía. Ten más cuidado con lo que tolerarás y lo que no de las personas que te rodean, ya sean familia, amigos o compañeros de trabajo. Si tienes la sensación de que algo no está bien en tus interacciones con alguien, analiza la situación y toma las medidas necesarias para crear límites claros.

Deja marchar a estas personas y rodéate de gente cariñosa, que forman parte de ti y te aman sinceramente. Las personas que te hacen sentir vivo y libre para ser tú mismo tienen una influencia positiva en tu vida.

2. Posponiendo y evitando la toma de decisiones

Posponer continuamente no es saludable porque crea un estrés innecesario en tus actividades diarias. Es más estresante recordar siempre algo que tienes que hacer que lidiar con eso y llevarlo a cabo. Cuando retrasas algo para que no ocurra, obstaculizas el progreso o el beneficio que puede aportarte esa acción. En situaciones específicas, posponer las cosas puede ayudarte a preparar o evitar hacer algo que carecía de propósito en primer lugar. El aplazamiento de decisiones importantes drena nuestra energía porque nos lleva a un estado de incertidumbre y malestar. Deshazte de tus luchas internas, toma la mejor decisión que puedas y asúmela sin importar las consecuencias.

Asegúrate de no tomar decisiones cuando estés de mal humor, espera a estar calmado y ser objetivo para poder analizar mejor la situación. Además, asume que puedes fallar. Al final, es mejor cometer errores y tratar de repararlos que no hacer nada en absoluto y sufrir por la indecisión.

3. Trabajando continuamente

Ofrécete tiempo para descansar. La rutina diaria, aunque no contenga actividades extraordinarias, drena nuestra energía. La vida cotidiana está hecha de tiempo, pero a menudo olvidamos nuestra plenitud interior, teniendo a convertirnos en esclavos del tiempo. Por eso es importante tener tiempo para descansar, tanto física como psicológicamente.

Es muy importante saber cuándo salir del bucle de actividades diarias para tomarse un descanso y cuándo actuar. La capacidad de relajarse es esencial para prevenir el estrés y la ansiedad. Si no nos valoramos a nosotros mismos y a nuestra esencia interior, perdemos nuestro amor propio. Abrimos la puerta a estados de ansiedad y depresión y bloqueamos la puerta a la mejor versión de nosotros mismos. El estrés hace que nuestros músculos se tensen, aumenta nuestra frecuencia respiratoria y afecta a nuestros sistemas fisiológicos.

4. Siendo desorganizado

Ser desorganizado no es saludable porque consume tu energía y tiempo y nos da una sensación de incertidumbre y desorganización en nuestro cerebro, lo que lleva al agotamiento. Para usar mejor tu energía, en primer lugar necesitas orden de espíritu. Piensa en una jerarquía de valores y prioridades en acciones a medida que mejoran la armonía en tu vida.

Necesitas trabaja en niveles diferentes, empezando por organizarte mentalmente y siguiendo luego con la organización de tu vida en el hogar y en la oficina.

Determina la causa de tu falta de organización y averigua qué es necesario organizar. Una buena idea es pensar en las cosas más estresantes que tienes que realizar. Considera tu vida profesional, amigos y vida familiar. Confecciona una lista de tareas pendientes, escoge una cosa en la que centrarte y luego pasa a otra cosa. Haz una planificación pertinente y haz un seguimiento de tu evolución.

Otro nivel es organizar mejor tu espacio. Busca un lugar para cada cosa y haz un seguimiento de una ubicación muy específica para cada cosa en el hogar y en la oficina.

Deshazte de las cosas que ya no necesitas. Clasifica las cosas y determina el grado de utilidad para ti. Si no las has usado durante mucho tiempo, no las usas con frecuencia, no las necesitas o ya no te gustan, deshazte de eso. Además, evita traer más cosas innecesarias. El organizar tus cosas hace que te sientas mejor, aclara tu mente y te proporciona energía positiva.

Después de establecer todos estos aspectos, puedes seguir adelante y organizar tus días, dependiendo de tus prioridades. La gente tiende a gastar mucho tiempo en cosas que son urgentes, pero no importantes. Para tener éxito, es importante mantenerse centrado en las cosas importantes y no perder tiempo ni energía en cualquier otra cosa.

5. Luchando contra las cosas que no puedes controlar

Aceptar las cosas tal como son es bueno para nuestra salud mental y física. Resistir o luchar contra las situaciones que no se pueden cambiar implica un esfuerzo adicional y consume una gran cantidad de energía. Sé consciente de que puedes superarlo y hacer todo lo posible para adaptarte tú mismo a la nueva situación.

Por supuesto, no tienes que aceptarlo todo, debes hacer todo lo posible para cambiar las cosas sobre las que tienes el control. Renuncia si no tienes el control sobre ciertas cosas y se deshace de piedras inútiles y deshazte de las piedras inútiles de tu camino.

6. Dependencia emocional

La dependencia emocional es un cuadro complejo del que la mayoría de las personas no son conscientes. Detrás de la dependencia suele haber un miedo extremo derivado de cómo te percibes a ti mismo y a tus habilidades o cómo te relacionas con los demás. Generalmente, hay tres tipos de dependencia emocional: de la familia, de la pareja y del entorno social. Las personas que son emocionalmente dependientes piensan que si rompieran o carecieran de ciertos lazos estarían en peligro.

Superar la dependencia emocional es cuestión de tiempo y requiere cierto esfuerzo. Practica el desapego de todo y de todos para que no sufras más de lo necesario. El desapego no significa no amar. El amor significa dejar a la otra persona libre, sabiendo que en cualquier momento dado esa persona podría abandonarte. No es saludable aferrarse a las personas y a las cosas ya que genera adicción y te hace perder tu energía en lugar de dirigirla hacia la superación personal.

7. Preocupaciones excesivas

La preocupación es una parte normal de nuestra vida y puede tener el potencial de ayudarnos a tomar buenas decisiones en situaciones específicas. A menudo, la gente se preocupa por cosas en sus vidas como el trabajo, la familia, las finanzas, etc. La gente tiende a reaccionar a la imagen que ellos mismos han creado en sus mentes en lugar de reaccionar a la situación misma. Por lo tanto, crean escenarios sobre lo que podría suceder y eso les acarrea estrés y ansiedad inútiles.

Cuando te preocupas, tu cuerpo responde a tu ansiedad de la misma manera que reaccionaría a los peligros físicos. El cerebro libera hormonas del estrés como la adrenalina y el cortisol que preparan al cuerpo para la acción.

Las preocupaciones excesivas no son saludables, independientemente del contexto. Si son incontrolables o irracionales y duran un período de tiempo prolongado, pueden causar un Trastorno de Ansiedad Generalizada. La preocupación excesiva también perturba tu tranquilidad y te dificulta concentrarte en una tarea a la vez. Se traduce en insomnio, pérdida de la libido, depresión y la lista puede continuar. Las preocupaciones crónicas afectan nuestra vida diaria e interfieren con nuestro apetito, hábitos de estilo de vida, relaciones, sueño y rendimiento en el trabajo. Muchas personas tienden a buscar alivio en hábitos nocivos como comer en exceso, fumar o consumir drogas o alcohol.

Si tienes que lidiar con preocupaciones excesivas que pueden convertirse en un Trastorno de Ansiedad Generalizada es mejor buscar ayuda profesional. La terapia cognitivo-conductual ha demostrado obtener las mejoras más consistentes y duraderas. Consiste en enseñar a la gente algunas habilidades para controlar su ansiedad, asumir la responsabilidad del cambio y el control sobre sus pensamientos, sentimientos y comportamiento. Se basa en identificar y lidiar con pensamientos preocupantes y practicar un entrenamiento de relajación para controlar la tensión física.

Una buena gestión de tus preocupaciones consiste en controlar el nivel de ansiedad y resolver el problema que te crea la ansiedad. Céntrate en el aquí y ahora, crea un plan de acción concreto y síguelo paso a paso, sin imaginar las consecuencias negativas. Evitar las situaciones de peligro aumenta la ansiedad, así que la mejor solución es hacer frente a la situación temida.

8. Evitar rechazar a otros

Evitar rechazara otros cuando sabes que deberías hacerlo no es saludable y te hace sentir infeliz. Te sobrecargas con tareas que te afectan física y mentalmente. No tientes que sentir vergüenza ni temor de decir «no».

Decir «no» a otros te permite definir y proteger tus límites. Los límites determinan quién eres y quién no, qué harás y qué no. Tener unos buenos límites de ayuda a mantenerse seguro y proteger el bienestar. También te permite pensar en tus valores y prioridades y a tomar la decisión correcta. Evita hacer promesas a la gente si la promesa no te atrae y recházala desde el principio. Tu tiempo es precioso y debes gastarlo sabiamente, sin hacer cosas que no satisfagan tu motivación.

Conclusión

La salud es el pilar básico que impulsa nuestro bienestar y desarrollo personal. Involucra tanto partes físicas como emocionales y se manifiesta a través de nuestros signos vitales. Nuestra energía está directamente relacionada con nuestro cuerpo, por eso nuestras necesidades básicas deben ser satisfechas adecuadamente. Aprende a soltarlo todo sin acumular emociones negativas. Aprende a perdonarte a ti mismo y a los demás, libérate del pasado y continúa adelante de manera positiva. Tómate tu tiempo para que sanen tus heridas, pero asegúrate de que este tiempo no sea excesivo. Vive en el presente, no te pierdas en planes futuros y emprende todos los cambios necesarios para mejorar tu vida y aumentar tu nivel de energía.

Michael Schoeff
Michael Schoeff es emprendedor en serie que ha participado en muchos proyectos. Trataba con altibajos y encontró el éxito donde menos se lo esperaba.